La Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, conocida también como la Purísima Concepción, es un dogma de la Iglesia católica decretado en 1854 que sostiene que la Virgen María estuvo libre del pecado original desde el primer momento de su concepción por los méritos de su hijo Jesucristo, recogiendo de esta manera el sentir de dos mil años de tradición cristiana al respecto. Se celebra el 8 de diciembre, nueve meses antes de la celebración de la Natividad de la Virgen el 8 de septiembre.
No debe confundirse este dogma con la doctrina del nacimiento virginal de Jesús, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón mientras que María permaneció virgen antes, durante y después del parto.
Al desarrollar la doctrina de la Inmaculada Concepción, la Iglesia católica contempla la posición especial de María por ser madre de Cristo, y sostiene que Dios preservó a María desde el momento de su concepción de toda mancha o efecto del pecado original, que había de transmitirse a todos los hombres por ser descendientes de Adán y Eva, en atención a que iba a ser la madre de Jesús, quien también es Dios. La doctrina reafirma con la expresión «llena de gracia» (Gratia Plena) contenida en el saludo del arcángel Gabriel (Lc. 1,28), y recogida en la oración del Ave María, este aspecto de ser libre de pecado por la gracia de Dios.
Para finalizar tenemos un tercer acontecimiento, el cual es para nosotros el más importante, pues este nos llama a encender esa llama, a vivir la verdadera preparación para la navidad.
Este nos habla, no de el adorno, de todo ese vivir externo que caracteriza la navidad, si no esa preparación interna, el verdadero sentir y motivo que nos lleva a vivir la época decembrina.
El Adviento
El término adviento viene del latín “adventus”, que significa venida. El adviento es un tiempo de alegria y agradecimiento por el advenimiento de Nuestro Señor Jesucristo. Es una fiesta que se añadió tardíamente después de la de Pascua dentro del calendario litúrgico. Estas cuatro semanas que preceden a la Navidad son una oportunidad para prepararse en la esperanza y en el arrepentimiento para la llegada del Señor.
Su duración puede variar de 21 a 28 días, dado que se celebran los cuatro domingos anteriores a la fiesta de Navidad. Los fieles lo consideran un tiempo de reflexión y de perdón.
• Primer Domingo de Adviento: 29 de Noviembre de 2020
• Segundo Domingo de Adviento: 6 de Diciembre de 2020
• Tercer Domingo de Adviento: 13 de Diciembre de 2020
• Cuarto Domingo de Adviento: 20 de Diciembre de 2020
Corona de Adviento
Durante el adviento, en las iglesias y en algunos hogares se coloca una corona de ramas de pino, llamada “Corona de Adviento”. Esta corona tiene cuatro velas, una por cada domingo de adviento. Se encienden progresivamente, una cada domingo, al hacer la oración en familia.
La forma circular de la corona significa que “no tiene principio ni fin”, como el amor de Dios que es eterno. La luz de las velas simboliza la luz de Jesús y el color verde de las ramas representa la esperanza y la vida.
Hay una pequeña tradición de adviento: a cada una de esas cuatro velas se le asigna una virtud que hay que mejorar en esa semana, por ejemplo: la primera, el amor; la segunda, la paz; la tercera, la tolerancia y la cuarta, la fe.










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